Los últimos episodios de Mad Men, una serie de televisión que con los años se ha vuelto de culto, llegan a la pantalla chica la semana próxima para cerrar una saga que marcó la cultura popular más allá de las fronteras estadounidenses.
La segunda parte de la séptima temporada de Mad Men, un retrato de un grupo de publicistas neoyorquinos en los años '60, será difundida en Estados Unidos por el canal AMC a partir del 5 de abril.
Sin revelar la trama de los últimos episodios, Jon Hamm dijo en una conferencia de prensa en Los Ángeles que su personaje, el seductor y misterioso Don Draper, "había intentado construir varios hogares sobre fundaciones muy agrietadas y debe enfrentarse a estas grietas antes de intentar reconstruirse de nuevo".
En el momento de su lanzamiento en 2007, la serie de época que desarrolla lentamente las intrigas y la profundidad psicológica de sus personajes, fue una especie de ovni en el paisaje televisivo estadounidense, entonces ocupado por programas policiales, de acción o de misterio como 24, Lost o Dexter.
El programa piloto escrito por Matthew Weiner, creador de la serie, fue rechazado por canales de cable como HBO y Showtime antes de aterrizar en AMC, una cadena hasta entonces casi desconocida.
La época de Jackie Kennedy
"Esta serie no tuvo miedo de abordar frontalmente la condición humana", dijo en una conferencia de prensa en Beverly Hills Vincent Kartheiser, intérprete de Pete Campbell, el joven publicista venido de una familia adinerada que batalla por ganar el respeto de sus colegas y el interés de las mujeres.
Mad Men también sedujo al mundo gracias a su vestuario, su maquillaje y su impecable fotografía. "Los años 60 en EEUU están asociados al glamour, a la época de Jackie Kennedy", dijo John Slattery, quien encarna al impetuoso y egoísta dandy Roger Sterling.
La serie ha hecho soñar al mundo entero
En muchas partes se hizo frecuente organizar veladas Mad Men, en las que los comensales se transforman por una noche en mujeres de labios rojos, vestidos ajustados y cabellos ondeados, mientras los hombres usan trajes estrictos con sombrero y zapatos bien lustrados.
La serie también retrató con gran detalle una época en la que reinaban el racismo, el sexismo, el alcoholismo y el tabaquismo; y en la que la educación de los niños rozaba el maltrato infantil. Pero, como destacaron varios de los actores en la conferencia de prensa, la sociedad actual, si bien es más abierta, no forzosamente está curada de todos estos males.
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