El sobrenombre, Chespirito, tiene su propia historia que se remonta a la época de los años sesentas cuando su actividad creativa como escritor y productor era fuerte trabajando con las estrellas del momento como Viruta y Capulina, Pedro Vargas e incluso Mario Moreno, quien le pidió que escribiera lo que sería El estudio de Cantinflas, programa que finamente no se realizó por las exigencias del mimo.
En esa época fue el director de cine Agustín P. Delgado quien lo bautizó como Chespirito que resultó del diminutivo de Shakespeare y que al castellanizarse quedó como lo conocemos.
El argumento de Delgado fue que Roberto era tan prolífero y creativo que lo semejaba al escritor inglés, pero como Gómez Bolaños es chaparrito el apodo le acomodaba mejor si cariñosamente lo hacía en chiquito.
Ahora bien, en 1968 Chespirito firma con la recién inaugurada Televisión Independiente de México (Canal 8). Ahí tuvo media hora de tiempo aire los sábados para hacer lo que quisiera, así nacieron series como Los supergenios de la mesa cuadrada y El ciudadano Gómez, de estas series surgen personajes como el Dr. Chapatín y el profesor Jirafales, pues en el elenco ya había contratado a Ramón Valdés, Rubén Aguirre y María Antonieta de las Nieves.
Fue tanta la aceptación de estas emisiones que en 1970 el tiempo se extendió a una hora, pero ahora en lunes por la noche, justo a las ocho de la noche.
Y llega el Chapulín Colorado
Fue en este momento que hace su aparición el inigualable Chapulín Colorado una parodia a los súper héroes extranjeros, fornidos, grandes, sagaces y siempre en actitud audaz, el Chapulín Colorado por el contrario era bajito, delgado, despistado y no muy valiente, aunque siempre dispuesto a ayudar al desvalido, respondiendo al llamado de: ¿Y ahora, quién podrá ayudarme?
Su primera aparición (1970) fue en un segmento del programa Los súper genios de la mesa cuadrada, emisión que tiempo después cambió de nombre a Chespirito.
Datos inéditos del programa infantil
Personajes inolvidables
¿Quién nació primero El Chapulín Colorado o El Chavo del 8?, ¿fue el propio Roberto Gómez Bolaños quien les dio una imagen o tuvo ayuda de alguien?, ¿fueron personajes creados específicamente para un fin o fueron resultado de la casualidad?, ¿han tenido esa imagen desde el principio o los cambió en el último momento?, estos y muchos otros hechos revelaremos gracias a los hijos del propio Chespirito quienes nos cuentan el proceso creativo.
De entrada hay que tener claro que Roberto Gómez Bolaños, Chespirito, ya tenía una historia bastante sólida antes de El Chavo del Ocho y El Chapulín Colorado, sus dos personajes emblemáticos.
Más con CH.
Según Gómez Bolaños al principio fue coincidencia que sus personajes empezaran con la letra Ch, (el Dr. Chapatín, El Chavo de 8 y El Chapulín Colorado), sin embargo, una vez que tomó conciencia de esto, siguió con este sello particular.
Recordemos que el Dr. Chapatín fue de los primeros personajes que surgieron en la emisión Los supergenios de la mesa cuadrada.
Su primera aparición fue en 1968 y desde entonces ha hecho reír con su peculiar sordera que hace que los enredos aparezcan, los berrinches que hace cuando alguien insinúa que es ‘viejo’ y su bolsita de papel que siempre trae consigo y nunca suelta.
Por cierto, en esa bolsa, Chespirito confesó que traía los rencores y venenos del mundo, los cuales están atrapados y bien sujetos para que no hagan daño a nadie.
En esa misma época y emisión también surgieron Los Chifladitos que eran Chaparrón Bonaparte y Lu Castañeda (Rubén Aguirre), dos hombres un tanto inadaptados que viven en su mundo y que a uno le daba la consabida chiripiorca, que se caracterizaba por movimientos de pies y manos.
Tiempo después fue necesaria la creación de más personajes, así que Chespirito le dio vida a Áquiles Esquivel Madrazo, mejor conocido como El Chómpiras, un ladrón despistado que nunca pudo concretar ningún golpe, pero que hacía reír con sus equivocaciones. Este personaje apareció en 1973 acompañado de El Peterete (Ramón Valdés) y luego fue inseparable de El Botija, Gordon Botija y Aguado y la Chimoltrufia, cuyo nombre real fue María Expropiación Petronila Lascuráin y Torquemada de Botija, personificados por Édgar Vivar y Florinda Meza, que hicieron de Los caquitos toda una aventura hasta 1995.
Homenajes para grandes de la comedia internacional también estuvieron presentes en la mente de Chespirito así que en 1974, junto con Édgar Vivar hicieron una recreación de El Gordo y el Flaco (Oliver Hardy y Stan Laurel), dando cátedra de humor fino y demostrando que el chiste mudo seguía funcionando. Estos personajes los siguió usando hasta 1993.
Hasta aquí un recuento de los personajes que el propio Roberto Gómez Bolaños interpretó y creó, sin embargo, es importante destacar que cada uno de los roles salieron de su pluma e imaginación y que sus compañeros de elenco terminaron de darles vida.
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