domingo, 4 de enero de 2015
‘Black Mirror’ despidió 2014 con humor negro
Si quiere que la princesa Susannah sea liberada, el primer ministro de Gran Bretaña debe cumplir una condición: aparecer en Tv manteniendo relaciones sexuales con un cerdo. Ésta era la premisa de la que partía el primer capítulo de Black Mirror, la serie británica que en diciembre de 2011 llegaba dispuesta a romper esquemas preconcebidos y despertar a una audiencia aletargada, protagonista indirecta de ese episodio que servía como carta de presentación, recuerda el diario El País.
Con solo dos temporadas, la creación de Charlie Brooker —responsable también de la serie Dead Set, en la que los concursantes del Gran Hermano británico eran los únicos supervivientes del holocausto zombi— se convirtió en una serie de culto. Sus capítulos autoconclusivos (tres por temporada) cuentan historias diferentes, pero vinculadas por su ubicación en un futuro próximo en el que el uso de la tecnología es el desencadenante de situaciones desasosegantes.
Las fiestas de fin de año fueron el momento elegido por la serie para volver a hacer acto de presencia con un capítulo especial que llegó a TNT el 29 de diciembre. Titulado White Christmas (Blanca Navidad), el episodio presenta tres historias entrelazadas que mantienen la mezcla de humor negro, toques satíricos y provocadores y giros de guión que caracterizaron los capítulos anteriores.
Jon Hamm, el enigmático Don Draper de la serie Mad Men, y Rafe Spall (The Shadow Line) protagonizaron esa entrega especial con una duración de 90 minutos y en la que también participaron las actrices Oona Chaplin y Natalia Tena (Juego de tronos).
Un mundo en el que alguien puede bloquear a otra persona en la vida analógica del mismo modo que se hace en las redes sociales. Eligiendo una opción en el mando a distancia, es posible convertir a alguien en una mera sombra haciendo que ni uno ni otro puedan escucharse ni verse.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario