lunes, 28 de septiembre de 2015

Sala de Emergencias Insólitos casos médicos



Los casos médicos más extraños e impredecibles llegan a “Sala de Emergencia”, programa del canal Discovery donde unos galenos son testigos y protagonistas de hechos reales sobre los que ningún manual de Medicina da instrucciones exactas. Aquí, cuatro ejemplos…

Muriendo de amor

Una mujer de mediana edad llega a la sala de emergencia en medio de una crisis de histeria, gritando y anunciando su muerte. Su novio la ha abandonado dos semanas antes y desde ese momento que comenzó a sentir un dolor en el pecho, insoportable, tanto que no la deja seguir su vida con normalidad. Unos estudios de rutina revelan que su corazón no está funcionando normalmente. ¿Realmente estará roto?

Le diagnostican “cardiomiopatía de Takotsubo”, conocida como “síndrome del corazón roto”, un trastorno que presenta síntomas similares a los de un ataque cardíaco, con dolor en el pecho y dificultad para respirar. Es más común en mujeres que en hombres y se genera debido al aumento de hormonas relacionadas con el estrés, la adrenalina o un episodio traumático, como la pérdida de un ser querido.

Con tacones de punta

El doctor Supid Bose tuvo que sacar un zapato de taco alto de la mejilla de una prostituta.
Técnicamente, para cubrir el agujero que el tacón había dejado en la cara de la meretriz, hicieron falta varios puntos.
Pero el mayor problema se dio cuando apareció la dueña del zapato, otra prostituta, reclamándolo.

Sorpresa de San Valentín

Un hombre que quería sorprender a su pareja el Día de San Valentín se inyectó medicamentos como Viagra, Cialis y Levitra, provocándose una erección que no bajó en cuatro días. La situación era tal que el paciente pudo sufrir una disfunción eréctil de por vida.

El personal de guardia pensó que la solución era drenar la erección con una jeringa, pero cada vez que quitaban la aguja, escapaba algo de sangre y se formaba una especie de hematoma o se inflamaba.

Al final, descubrieron que el procedimiento no funcionaba porque gran parte de la sangre estaba coagulada, entonces decidieron tratarlo quirúrgicamente. Sin embargo, uno de los estudiantes internos tuvo que mantener la presión con sus dos manos sobre los genitales del paciente hasta que el quirófano estuviese listo para ser usado.

El hombre cactus

Llega un hombre desnudo e intoxicado con alcohol y marihuana, asegurando que fue atacado por un cactus. Su cara, espalda, piernas y sus partes íntimas están cubiertas de espinas.

El primer inconveniente con el que debe lidiar el médico es lograr que el paciente acceda a entrar a la sala de emergencias por su desnudez. El segundo, la delgadez de las espinas, que dificultan su extracción: son del tamaño del vello corporal. La primera solución que se le ocurre al profesional es extraerlas con cera depilatoria, pero no pueden encontrar ni un solo pote y el galeno se ve obligado a realizar el procedimiento con pegamento blanco.

La situación se complica más aún cuando la esposa del paciente llega furiosa por la aventura que su marido había tenido la noche anterior y le da una cachetada. Al final, el doctor acaba tratando no a un paciente con espinas de cactus, ¡sino a dos!

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