sábado, 29 de noviembre de 2014

Roberto Gómez Bolaños se muda a la vecindad del cielo

El Chavo y el Chapulín Colorado se quedaron huérfanos tras la muerte de Roberto Gómez Bolaño, el comediante mexicano que ayer convirtió el cielo en un gran barril y dejó lágrimas en los ojos de la gente que tanto hizo reír. Desde 1970, varias generaciones de latinoamericanos crecieron viendo al Chómpiras, fueron a la clase del Profesor Jirafales, fueron cómplices de los impagos de Don Ramón al señor Barriga y envidiaron las enormes paletas que el mezquino Quico no compartía con el hambriento Chavo.

Casi nadie quedó indiferente con la pérdida. Uno de los primeros en tuitear su pesar fue Enrique Peña Nieto, el cuestionado presidente mexicano. “México ha perdido un ícono que traspasó generaciones y fronteras”, escribió el político.

Pasó sus últimos días en su casa de una exclusiva urbanización de Cancún, un balneario mexicano. Por recomendación médica, Gómez Bolaños decidió abandonar Ciudad de México hace varios años e instalarse en Cancún debido a las enfermedades respiratorias que padecía.

Ayer, el rumor sobre su fallecimiento comenzó a correr en México. Esta vez no era una broma macabra de un tuitero sin oficio. Una gran cantidad de periodistas se acercaron hasta las inmediaciones de su casa y vieron cómo una carroza fúnebre ingresaba.

“Falleció a la 13:30 (15:30 HB). Todo es muy reciente”, dijo entre lágrimas un familiar de Chespirito, que prefirió mantener el anonimato. Estaba acompañado de Florinda Meza, su segunda esposa, y algunos de sus hijos.

El familiar, que no detalló las causas del fallecimiento, adelantó que "el cuerpo se trasladará a Ciudad de México, donde se hará un homenaje". Un vocero de Televisa adelantó a AFP que la cadena está ultimando los detalles para un multitudinario acto de homenaje el domingo en el colosal estadio Azteca, que tiene capacidad para unas 105.000 personas. Hoy se prevé que se celebre una misa privada para velar los restos del actor en la sede de la televisora en el barrio capitalino de San Ángel.
Pipipipi...

“Se nos fue el niño que todos llevamos dentro”, escribió Ricardo Montaner. “Con un barril, ¡una torta y un gran corazón preocupado por los demás, uno era capaz de alcanzar la felicidad! Te nos adelantaste ahora, pero sé que estás preparando el camino para cuando nos llegue la hora”, tuiteó Thalía.

El mundo de la música fue el que más lloró por el Shakespeare mexicano de un metro sesenta. El hombre que dejó la ingeniería para dedicarse a escribir libretos para radio y televisión también conmovió al deporte. ‘Chicharito’ Hernández le dedicó un tuit, pero Ronaldinho Gaúcho demostró que también es querido en Brasil.

“Descanse en paz, eterno Chaves y Chapolin, gran mexicano que hizo parte de mi infancia y la de muchos brasileños”, escribió. En Brasil, El Chavo es O Chaves y Chapulín es Chapolin. En marzo, a través de las redes sociales, Gómez Bolaño recordaba que pronto se cumplirían 30 años de emisión de sus programas a través de al red SBT y agradecía a los brasileños.

Sus colegas de elenco también le dedicaron palabras de despedida al hombre que debió esperar hasta los 41 años para conocer el éxito. Los que compartieron el set de filmación de Chespirito, desde 1970, fueron los más conmovidos por su partida. Rubén Aguirre, el inolvidable Profesor Jirafales, fue el más afectado.

“Estoy conmocionado por la pérdida. Roberto merece el mejor de los homenajes, traspasó fronteras, edades y estratos sociales. Su obra quedará en la historia de la comedia mexicana”, tuiteó. Édgar Vivar, que dio vida a personajes como El Señor Barriga, eligió la ternura. “Adiós, Chavito, hasta siempre”, tuiteó.

María Antonieta de las Nieves, la pequeña Chilindrina, con la que Gómez Bolaños mantuvo una amarga pelea mediática y judicial por el personaje, dejó atrás viejos rencores. “Gracias por haber hecho feliz a tanta gente”, dijo.

Fuera de México, personajes mediáticos también se hicieron eco de la pérdida. La argentina Susana Giménez habló de la marcha de un genio; Shakira tuiteó una foto con la polera del Chapulín, René, de Calle 13, recordó una frase enredada del Chavo; mientras que el reguetonero Yandel le agradeció por haberle enseñado que se puede hacer reír sin ser vulgar. Pero tal vez, los roqueros de Molotov fueron los que mejor retrataron la orfandad en una sola frase: “Y ahora, quién podrá defendernos”, tuitearon

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