domingo, 30 de noviembre de 2014

Los secretos de cuatro décadas de éxito del ‘Chavo del Ocho’



Cuatro décadas después de su estreno, la serie estrella del fallecido comediante mexicano Roberto Gómez Bolaños, El Chavo del Ocho, sigue emitiéndose en canales de toda América Latina, pese a la acérrima competencia de nuevos programas y de animaciones infantiles de última tecnología.

¿Por qué esa comunidad de vecinos ideada en 1971 por Gómez Bolaños Chespirito —fallecido el viernes a los 85 años— aún sobrevive en la pequeña pantalla, pese a que no tiene episodios nuevos desde 1980?

El caso es inédito y prácticamente solo se puede comparar con el fenómeno de la pionera serie estadounidense Dallas. Pero El Chavo —o Chaves en Brasil— ha ido más allá y han sido varias generaciones, principalmente de latinoamericanos, las que han crecido y reído con esta serie que se ha doblado a 50 idiomas y que desde 2006 cuenta con su propia versión de dibujos animados.

“La animación actual está yendo hacia el cinismo. Es delirante o grotesca como Bob Esponja, hay mucha violencia y El Chavo sigue siendo puro, blanco, ingenuo, que son valores que un niño tiene y que luego le arrebata el mundo”, explicó José Antonio Valdés, crítico de cine y Tv mexicano.

Situada en una humilde comunidad de vecinos de Ciudad de México, la serie narra el día a día de los personajes encabezados por El Chavo del Ocho, un niño huérfano que se esconde en un barril y ansía poder comerse una torta (sándwich) de jamón.

En la comunidad, el pequeño —encarnado por un cuarentón Chespirito— convive con vecinos comunes como Don Ramón, un desempleado moroso que busca trabajo rezando por no encontrarlo; o Doña Florinda, una madre soltera que junto a su hijo Quico presume de su mejor condición social despreciando a la “chusma”.

Por eso, “el impacto de la serie se da en Iberoamérica, donde esos niveles de pobreza son comunes, donde la población es muy popular, por lo que El Chavo del Ocho se vuelve universal”, argumenta Valdés. El personaje más célebre de Gómez Bolaños apareció por primera vez en 1970 en unos cortos del programa Chespirito pero, debido a su éxito ante el público, la cadena Televisa decidió dedicarle al niño del barril, a partir de 1971, una serie que llegó a tener 290 episodios hasta su última emisión en enero de 1980.

Chespirito entendió que “la comedia tiene que ver con profundidad, tiene que ver con crítica social (...) y si tú revisas los libretos de El Chavo del Ocho puedes encontrar unos códigos bien interesantes que te hablan de nuestra pobreza, de nuestras carencias, de la importancia de la familia, del rol de la madre... Realmente es nuestro Molière”, opina el crítico televisivo Álvaro Cuesta.

Igual que el otro personaje cómico universal de México, Cantinflas, El Chavo del Ocho ha tenido también detractores que le critican su humor fácil o la transmisión de valores conservadores y discriminatorios.

Para el sociólogo e investigador de la pública Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Raúl Rojas Soriano, los chistes que hacía Quico sobre la pobreza de El Chavo, las bromas sobre la obesidad de Ñoño o el rechazo de la comunidad a la vieja Bruja del 71 exaltan comportamientos clasistas y machistas.

“Las situaciones que ocurren entre los personajes podrían parecer chistosas, pero en realidad son un reflejo grave de la sociedad y el programa no aporta soluciones para mejorar la vida social de los habitantes de una vecindad. Al contrario, se les denigra más y más”, considera el académico. Con admiradores compungidos en todo el continente por la muerte de Chespirito, a quien se rendirán grandes homenajes el fin de semana, su serie más celebrada parece seguir su larga vida sin fecha de caducidad.

Curiosos datos sobre la serie

Número

Se llamó Chavo del Ocho porque en 1971 la serie iba por Canal 8. Con el éxito, cambió de señal y Chespirito inventó que el niño vivía en el apartamento 8.

Ta Ta ta tá

Rubén Aguirre mencionó que la idea del “¡Ta ta ta tá!” del Profesor Jirafales, se la robó a un profesor de su niñez: Celayo Rodríguez.

Nombre

Cuando El Chavo iba a decir su nombre real alguien lo interrumpía y cambiaba de tema.

Trajes

La mamá de María Antonieta de las Nieves hizo la ropa de La Chilindrina.

Twitter fue la última conquista de ‘Chespirito’

Miguel Vargas

Imbatible en la Tv y con éxitos cantados en el cine, la última temporada de logros de Roberto Gómez Bolaños, Chespirito, fue internet. En mayo de 2011 inauguró su cuenta de Twitter con su popular frase: “Síganme los buenos” y se convirtió en un fenómeno con 6.780.000 seguidores que siguen rindiéndole homenaje tras su partida. “Para qué quieren mi perfil si soy más guapo de frente”, es la frase que describe su cuenta y en ella hizo declaraciones que le hicieron retornar a la esfera pública.

Ofreció por este medio “tuitcams” y dinámicas de preguntas y respuestas. Además, solía responder los mensajes que le enviaban. El último tuit que envió fue para una admiradora de Brasil, @mariabrasarg. “Todo mi amor, para Brasil” publicó el cómico el miércoles 26 de noviembre.

Su ingenio destacó en varios comentarios, como: “¡Qué tan fea será la política, que si tomamos una palabra tan bella como la palabra ‘madre’, y le añadimos ‘política’, queda ‘suegra’”. Y ayer se convirtió en tendencia en Twitter por sobre el Black Friday y el avance de Star Wars.


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