“Una de cada ocho mujeres sufre cáncer de pecho. Hoy me ha tocado a mí”. Con estas palabras arranca un breve comunicado en el que la estrella televisiva Julia Louis-Dreyfus hizo público que entró en esa amarga estadística. Louis-Dreyfus, de 56 años, acaba de hacer historia en los Emmy al conseguir su sexto galardón consecutivo por su papel de Selina Meyers, la vicepresidenta de Estados Unidos, en la serie Veep.
El texto publicado por la actriz en redes sociales continúa celebrando la suerte de contar con seres queridos que la apoyan y una buena cobertura médica, algo que en EEUU no se puede dar por descontada. “La buena noticia es que tengo un grupo glorioso de familiares y que me apoya y me cuida, así como un seguro (médico) fantástico a través de mi sindicato”, dice, para acabar reivindicando: “La mala noticias es que no todas las mujeres son tan afortunadas, así que luchemos contra todos los tipos de cáncer y hagamos de la sanidad universal una realidad”.
La noticia y el mensaje político llegan precisamente en unos días clave sobre la política sanitaria de Estados Unidos, cuando el presidente, Donald Trump, está tratando de que las cámaras legislativas aprueben una contrarreforma sanitaria que tumbe el modelo que impulsó su predecesor, Barack Obama. Aquella Obamacare amplió en 20 millones el número de personas cubiertas por un seguro médico y extendió otras protecciones.
Son varias las artistas que en los últimos tiempos han anunciado que sufren cáncer de mama. Más recientemente la actriz Olivia Newton-John reconoció que volvía a padecerlo, tras sufrirlo antes, en 1992. “Tengo que superar esto, lo tengo claro. Sé que será un largo y complicado camino por recorrer”, dijo el pasado 13 de septiembre en una entrevista. Kathy Bates, uno de los grandes rostros de Hollywood también fue diagnosticada con un tumor de ovarios y otro en el pecho. El primer cáncer se lo diagnosticaron en 2003 y el segundo, en 2012, momento en el que se sometió a una doble mastectomía.
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