miércoles, 14 de noviembre de 2012

Bolivianos , protagonizan Destino Sao Paulo

El miércoles 7 de noviembre, vi el primer episodio de Destino Sao Paulo, una nueva serie de HBO que relata la historia de inmigrantes en la San Pablo actual, una de las ciudades más pobladas del planeta. La sorpresa, el primer episodio fue dedicado a los inmigrantes bolivianos en esa megápolis. La serie muestra las dificultades de adaptación de los inmigrantes y de sus familias y, por supuesto, la mirada que de ellos tienen los paulistas, y por ende los brasileños.

Este primer episodio denominado, Día de independencia, cuenta la historia de Chucho, un niño boliviano de 12 años que vive con su madre en el taller de costura de su padrastro Gonzalo.

Chucho asiste a una escuela en la que junto a otros dos niños es maltratado por su condición de bolivianos. Los llaman ‘cholitas’ y les pegan diariamente en el baño de la escuela. Los niños no se quejan, ni en su casa, ni en la escuela. Sin embargo, una maestra se da cuenta del maltrato, intenta hablar con los padres, pero el padrastro se niega a escucharla.

El taller de costura es otro espacio de maltrato. Chucho, su madre y su padrastro viven hacinados junto a otros bolivianos en la casataller. Gonzalo, esclaviza a sus compatriotas, que cosen y bordan todo el día. Les ha confiscado sus pasaportes y los operarios no pueden moverse de ese lugar, hasta que paguen con su trabajo la deuda por haberlos llevado a Brasil.

Los artistas, que al parecer son de origen boliviano, están muy bien caracterizados, incluso en sus vestimentas. Gonzalo el patrón viste la clásica chamarra de cuero negro y las muchachas llevan el pelo largo y de un solo tamaño.

Uno de los personajes, un viejo, es quien consuela a Chucho cuando llega triste de la escuela, incluso dice sus oraciones en quechua para protegerlo de sus agresores. La serie es hablada en español, solamente cuando aparece algún personaje brasileño (en la escuela o los clientes de taller) se habla en portugués.

En una de las escenas la madre de Chucho, con una actitud sumisa, trae salteñas al padrastro, que también la maltrata y le es infiel. El episodio finaliza cuando Chucho tiene la fuerza suficiente para enfrentarse a sus agresores diarios y cuando la madre cansada de la infidelidad del marido decide liberarse y liberar al resto de sus compatriotas, entregándoles los pasaportes y abandonado el taller, que era una prisión sin rejas.

Si bien la historia es muy simple y puede ser la realidad de cualquier comunidad migrante en cualquier ciudad del mundo, considero que los bolivianos están muy bien personificados y que los artistas prometen muchas cosas, especialmente el pequeño Chucho.

En la última telenovela de la Red Globo, Avenida Brasil, uno de los personajes es una boliviana que vive en Río de Janeiro, se llama Sue Elen, una muchacha muy bonita, que atrae a todos los jóvenes de barrio Divino. Cuando Sue Elen finge estar embarazada, pide que le traigan chicharrón con mote, por lo que el novio recorre toda la ciudad hasta encontrar el plato favorito de la boliviana, que a los brasileños les parece muy extraño. La muchacha escapando de la deportación se casa con uno de sus admiradores.
Tanto el episodio comentado, como el personaje de la telenovela nos demuestran que en el imaginario popular brasileño la comunidad boliviana tiene cada vez más presencia. La televisión brasileña ha visibilizado a los cientos de miles de bolivianos que viven en estas grandes ciudades y nos permiten comprender cómo ese imaginario ve a nuestros compatriotas migrantes.

Según algunos datos no oficiales, en Brasil hay un millón de bolivianos y 100.000 de ellos hablan quechua, eso queda evidenciado en la miniserie comentada, les debe llamar poderosamente la atención a los brasileños que sus vecinos bolivianos hablen un idioma distinto al español. En una escena del episodio, Chucho responde al padrastro en portugués, lo que provoca su furia y le exige que hable español.

Esta serie nos obliga a saber con mayor exactitud cuántos bolivianos viven hoy en Brasil, a qué se dedican y de dónde proceden. La universidades de Mato Grosso y Mato Grosso do Sul estudian la migración boliviana a sus estados, como también la migración de brasileños que llegan a nuestro país.

Y seguro muchos se sorprenderán al saber que la etnia chiquitana esté reconocida en Brasil y que en la actualidad tiene una demanda por tierras en Mato Grosso.
Asimismo, he visto un estudio sobre los cambas-chiquitanos en la ciudad de Corumbá, migrantes cruceños y chiquitanos que llegaron a esa ciudad, en tiempos de la construcción del ferrocarril y se han instalado en un barrio donde mantienen sus tradiciones.
La tradición que más los diferencia es la del Carnaval, ya que lo festejan como se lo hace en los pueblos chiquitanos. Así nos ven, así nos estudian y nos representan en el coloso vecino del este.

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